Los pueblos indígenas de las Américas dejaron el contenido de la profecía que anunció el fin de los tiempos. Entre los incas esto es conocido como el Pachakuti, el pachakuti significa dar la vuelta al mundo, poner el mundo en desorden para reorganizarlo de nuevo.
Pacha significa mundo pero también significa tiempo, y en este segmento de la profecía se habla sobre la llegada de un nuevo tiempo, de una nueva raza de humanos a la que en este artículo me refiero como Homo luminoso, trascendiendo al Homo sapiens que es el hombre pensante para llegar a ser hombre luminoso, hombres y mujeres que alcanzan su propia iluminación, hombres y mujeres que son capaces de vivir en una relación armoniosa entre sí y con la tierra, hombres y mujeres que son capaces de experimentar la paz, expresar generosidad, compasión y que eso venga naturalmente.
El elemento más importante de la profecía no es sólo anunciar lo que vendrá para que podamos prepararnos, es decir que para el Inca el elemento más importante no fue necesariamente lo que sucedería en la profecía, sino los procesos, el cómo nos vamos a convertir en Homo Luminous, los procesos se convirtieron en el elemento importante.
¿Cómo te anclas en este nuevo tiempo? ¿Cómo se despierta al final el humano naciente que está emergiendo en el planeta ahora mismo? Hay un grupo de guardianes de profecías en America central y sur America con los que yo (Alberto Villoldo) conviví y tuve contacto, muchos de ellos mujeres que tenían la sensibilidad y el pulso de la profecía, que reflejan el efecto que nuestras oraciones están teniendo en el destino de la humanidad y estas mujeres hablaban maravillosamente sobre un proceso de parto. Y realmente tienes que saber que este es el momento del nacimiento de una nueva etapa de la vida.
Mi especialidad de estudio son las culturas también y en la Amazonia viví, viajé e investigué estas tradiciones durante más de 30 años. Estuve con los chamanes que encarnan la medicina, hombres y mujeres de estas culturas que se entrenan y aprenden a vencer a la muerte, el “problema de la muerte“.
Ellos aprendieron que hay un viaje más allá de esta vida y fueron grandes cartógrafos del alma. Trazaron el mapa del viaje hacia el infinito.
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A lo largo de mis años de estudio con los chamanes eventualmente me convertí en un aprendiz. Así aprendí las costumbres de los pueblos indígenas que aún caminan con belleza en la tierra, aquellos “que no había sido expulsados del jardín”, gente que veneraba la tierra y para quienes los dioses del cielo no eran tan importantes como los dioses de la tierra que nos alimentaban con flores, con maíz, con belleza y en armonía con ellos.
Aprendí las formas de curar el cuerpo en sus diferentes niveles a través de intervenir en el campo de energía luminoso, campo que envuelve, informa y organiza al cuerpo físico de la misma manera que un imán organiza limaduras de hierro sobre un cristal, esta es la sabiduría de los guardianes de los Andes, la medicina, los hombres y mujeres que han sido encargados de guardar y transmitir la profecía.
Este día ellos nos van a decir lo que prevén para su gente, para nuestra gente, para la madre tierra, para la paz de las naciones y para el futuro de nuestro planeta. Según las profecías indígenas de las Américas.
Los guardianes de sabiduría de Los Andes que tienen a cargo el cuidar entregar las profecías:
*Don Martín profeta Monte Pachatusan:*
– Los mundos del cielo y los mundos inferiores están colapsando unos con otros.
– Las hojas de coca salieron a la inversa e indican que necesitamos conectar con la Tierra, con la madre. Si no conectamos con nuestra madre, eso de puede volver contra nosotros y puede haber incendios, huracanes, tormentas, terremotos y desbalance.
– Sale una forma de tumba, muerte, momentos difíciles para aquellos que no conectan con la madre Tierra y que no están bajo su protección.
– Para aquellos que están en armonía con la tierra vendrán cosas buenas, bendiciones y protección. Pero esto requiere que aceptemos el tiempo que es y abracemos lo que está por venir con gracia.
*Don Humberto Anciano Q’ero*
– Conecta con el espíritu o de la madre Tierra Pachamama.
– De los 3 mundos hay advertencias.
– Nuestro padre está observando la creación y no está contento. Los cambios en la tierra se volverán más extremos, mientras la tierra busca armonizarse a sí misma.
– La Tierra ha estado fuera de balance por mucho tiempo e incluso nuestros rezos no han sido suficientes para restablecerla, pero esto ha sido atestiguado por el creador en el cielo cuya intención para nuestro planeta es de amor y paz.
*Doña Bernardina Anciana Q’ero y Don Francisco Anciano Q’ero*
– Las personas medicina, los hombres y mujeres medicina son llamados a ayudar a la tierra y a ayudarse unos a otros.
– Es el tiempo de la medicina buena, de la medicina fuerte.
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Los incas fueron la única gran civilización que floreció al sur del Ecuador, en todo el mundo las grandes civilizaciones crecieron y florecieron en el lado norte. Antes de los incas había chamanes, había una tradición espiritual indígena en las Américas que fue traída desde Asia por hombres y mujeres que cruzaron el Estrecho de Bering hace 30.000 años.
Este es un conjunto de conocimientos que siempre ha existido. Esto no es como la ciencia que mejora cada año. Este es un conjunto completo de conocimientos al que cualquiera puede acceder, pero requiere un período de formación.
Mi formación duró 25 años. Durante mi formación comencé a traducir estas antiguas metodologías en sistemas curativos que pudiéramos usar en Occidente. Desde mi experiencia científica pude apreciar como estás metodologías se fundamentaban en un conocimiento preciso del cuerpo, en un conocimiento preciso del cerebro y la neurociencia. Mi compromiso fue estructurar este conocimiento de una forma práctica y aplicable a las personas occidentales que necesitaban curación, que estaban en crisis y brindar una opción a las personas que buscaban el crecimiento personal.
Los incas fueron los últimos en un largo linaje de hombres y mujeres medicina, a pesar de que su imperio duró solo 300 años y fue devastado con la llegada de la conquista, aquel hombre feroz que llegó de Europa trayendo consigo enfermedades y vino a diezmar las culturas de las Américas buscando oro, saqueando y violando, suceso que marcó el fin de una cultura, aún así las enseñanzas de la medicina continuaron.
Afortunadamente el conocimiento sigue vivo, ha sobrevivido ante la tempestad, una tradición milenaria que ha existido desde antes del comienzo de los tiempos y que ahora estamos llevando adelante, estamos llevando a los occidentales, gente como tú y como yo, individuos que hemos aceptado la administración de la tierra, que estamos interesados en sanar no sólo entre nosotros, sino que estamos interesados también en sanar los sistemas de creencias de nuestra cultura de nuestro tiempo, creencias, sistemas que se han agotado, porque hemos llegado al final del mito occidental de que la tierra fue creada para nuestro placer y para nuestro uso.
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Necesitamos urgentemente construir una nueva mitología, una mitología de mayordomía, de una relación correcta entre nosotros y con la tierra, una mitología de lo que significa ser un hombre y lo que significa ser una mujer desde lo sagrado femenino y lo sagrado masculino.
Y hoy asumimos el papel de las parteras. Este es el tipo de curación más grande que necesita el planeta. Nace una nueva mitología que incluye el telescopio espacial Hubble. Eso incluye el descubrimiento de la secuenciación del ADN, el genoma humano que también incluye nuestra comprensión de la neurociencia y el cerebro humano.
Nos toca aceptar que vivimos con una mitología obsoleta, elaborada y desarrollada en un momento en que la tierra aún era plana. Necesitamos una nueva mitología. Hoy, eso incluye a las estrellas. Ya no vivimos en el universo solamente, ahora vivimos en un multiverso y es parte de la misión sentar las bases para esta nueva mitología que incluya esta cosmovisión, somos muchos los hombres y mujeres que estamos sumando acciones e intenciones para edificarla, los chamanes del nuevo tiempo, guías fuera del tiempo, los científicos, los poetas, son los varios hombres y mujeres que estamos ayudando a sanar a nuestra gente buscando establecer una relación sustentable con la tierra, con el cosmos, entre nosotros y que nuestros hijos refiriéndonos a las futuras generaciones puedan vivir con ello y puedan garantizar su supervivencia.
El creador está observando el desarrollo de su creación y evidentemente está fuera de equilibrio, los cambios en la tierra se volverán más agudos a medida que la tierra busque reequilibrarse.
La tierra ha estado desequilibrada durante mucho tiempo e incluso nuestras oraciones pueden no ser capaces de devolverla al equilibrio, pero todo esfuerzo y toda acción esta siendo presenciada por el Creador, “arriba en los cielos“, cuya intención para nuestro planeta es una de las máximas de paz.
Habrá problemas y tres continentes. Habrá destrucción, habrá problemas con el agua, tormentas, huracanes, sequías.
Habrá conflicto, habrá lucha, habrá guerra, pero será contenido. No se esparcirá por toda la tierra.
Estará contenido en regiones de conflicto, la tierra llamará demasiada gente pero no todos responderán.
Los que respondan serán cuidados por la tierra, nuestra tierra. La madre es quien nos sostiene a todos. Ella es la máxima a cargo, pero debemos ser capaces de escuchar su llamado para responder y regresar a la naturaleza.
Las profecías dicen que este es un momento donde las posibilidades de gran devastación y destrucción son más fuertes. Los incas hablan de la matanza de la humanidad. Hablan de la cosecha de almas, la aniquilación de pueblos que no llevan un medio de vida adecuado.
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La tierra como planeta como ecosistema puede sustentar alrededor de mil millones de personas que vivan de manera sostenible conduciendo bicicletas al trabajo, no siete mil millones como los que tenemos hoy. Entonces es posible que los videntes de antaño que nos dejaron esta profecía, entendieran que llegaríamos a un momento crítico en nuestra historia cuando tendríamos que desarrollar una nueva mitología, un nuevo conjunto de tecnologías, un nuevo conjunto de creencias que no dependa de extraer nuestros recursos de la tierra y de ver los bosques como pies de tabla o recursos naturales para nuestro uso.
Anticiparon este momento de crisis que, aún hoy, muchos de nosotros nos negamos a reconocer. Predijeron el aumento de los glaciares, la extinción de especies y, finalmente la posible extinción de la humanidad a menos que desarrollemos una nueva relación entre nosotros y con la tierra.
Esto para mí es el mejor tipo de curación que hay, una curación que requiere que regresemos al jardín, a ese jardín del Edén del cual fuimos míticamente expulsados y nuevamente aprendamos a hablar con los ríos, con los árboles y las montañas y con el espíritu y escuchar la voz del espíritu en todas partes, pero esto tiene que ser práctico.
Tenemos que traducir esto en estilos de vida con prácticas que sean sostenibles, ecológicas y que puedan asegurar la supervivencia de la humanidad para muchas generaciones futuras.
Y ahora diferenciamos entre curar y sanar donde curar es el negocio de la medicina pero nosotros estamos en el negocio de la Sanación . La curación es la eliminación de los síntomas. La sanacion se basa en una experiencia del infinito de tu propia naturaleza infinita y atemporal, y dentro de esa experiencia, esa experiencia trascendental del infinito, somos capaces de borrar huellas de enfermedad que llevamos en el plano de nuestro ser en el campo de energía luminosa en huellas que son de naturaleza genética, los genes que heredamos de nuestras madres y padres improntas que son generacionales, psicológicas y partes de la naturaleza, e incluso aquellas huellas que quedan por lo que acostumbramos llamar karma de nuestras existencias anteriores y se codifican en nuestro campo de energía luminosa, que nos predisponen a envejecer, a tener ciertas relaciones, a unirnos en matrimonio a trabajar y a morir formas muy específicas.
Necesitamos borrar estas huellas. De lo contrario estamos condenados a seguir viviendo la vida de nuestros padres y abuelos. Lo que tenemos que hacer hoy es no solo buscar fuentes del pasado para informarnos de nuestra historia y de nuestros genes, sino más bien lanzar un gran y rápido gancho hacia el futuro y comenzar a informarnos en términos de quiénes estamos convirtiéndonos 10,000 años a partir de hoy.
Para nosotros en Occidente nuestra tarea hoy es entender que somos los chamanes del nuevo tiempo, no sólo los indígenas, entonces entendemos que ellos también son la medicina, hombres y mujeres de su pueblo, pero ahora nosotros llevamos la medicina a nuestra forma para nuestro pueblo.
Llevamos la sabiduría. Llevamos las semillas de la oportunidad, los asientos de la esperanza y la posibilidad. Esta es nuestra tarea como chamanes de hoy en día para convertirnos en hombres y mujeres que puedan integrar la ciencia con la sabiduría antigua y que puedan traer esto al mundo para crear una nueva mitología.
No habrá una crisis para los que atiendan el llamado de la madre tierra, no habrá crisis para ellos como la habrá para las personas que no están en equilibrio con la tierra, los antiguos, los curanderos, los hombres y las mujeres que ahora se están elevando a un llamado para ayudar a la tierra y ayudarnos unos a otros.
Este es el momento de la buena medicina de la medicina fuerte.
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Hay muchas profecías diferentes pero todos coinciden en que iba a haber tiempos de caos, y algunos de ellos venían de un lugar muy remoto.
También digo que la madre tierra con todos nosotros nos sacude como moscas porque hemos estado tomando durante tanto tiempo sin dar, pero para mí personalmente, siento que no tengo miedo por lo que va a pasar.
Camino todos los días trabajando conmigo mismo, mi propia sanación y también mi sueño de contribuir a este mundo, y les digo gracias espíritu por permitirme estar aquí en este tiempo siendo parte de estos grandes cambios y contribuir a este mundo donde estamos.
La esencia de las profecías de los pueblos indígenas de las Américas coinciden en que este es un momento de crisis y tremenda oportunidad.
Hace 25 años difundíamos las malas noticias pero también vemos que tenemos que empezar a difundir las buenas noticias, la oportunidad y las posibilidades. Este es un momento tremendamente fértil en el que no solo podemos hacer crecer un nuevo tipo de ser humano, sino que realmente podemos crear nuevas tecnologías.
Podemos crear las enseñanzas de la sabiduría. Podemos crear una forma completamente nueva de caminar en esta tierra que nunca antes había existido.
Ahoo!
